En una clínica dental la limpieza y desinfección son imprescindibles para proteger la salud de trabajadores y pacientes, previniendo la transmisión de enfermedades e infecciones. Es un esfuerzo diario que se debe realizar de forma profesional y eficiente.
¿Quieres conocer las principales razones que muestran la prioridad de la higiene en las clínicas dentales? Aquí te contamos las claves de un buen protocolo de limpieza y desinfección profesional para clínicas dentales y centros médicos.
Tengamos presente que las vías potenciales de transmisión de enfermedades e infecciones en un centro odontológico o una clínica dental son tan numerosas como variadas. Y que la prevención exige intensificar y vigilar tanto la concienciación como el cumplimiento del protocolo de limpieza y desinfección.
Desinfección y Esterilización: Diferencias
La desinfección logra la eliminación parcial de la presencia microbiana, pero no de una manera completa. La esterilización es la exhaustiva destrucción de todos los microorganismos presentes en un objeto o superficie. La esterilización es el nivel más exhaustivo de la limpieza, por lo que requiere más tiempo.
En ámbitos con alto riesgo de contagio o alta presencia de patógenos, como hospitales o clínicas, la esterilización es un proceso imprescindible de la limpieza sanitaria. La aplicación de calor directo es uno de los métodos más potentes de esterilización, motivo por el que la mayor parte del instrumental médico es resistente al calor. El objeto o aparato esterilizado debe guardarse con el envoltorio íntegro en un lugar limpio, seco y libre de polvo.
Niveles de limpieza en una clínica dental
Los niveles de desinfección o esterilización necesarios para cada aparato o instrumental de una clínica dental varían dependiendo de su uso y composición.
- Primer nivel: Esterilización. Todo objeto o pieza en contacto con los tejidos bucales y piezas óseas del paciente debe pasar el primer nivel del protocolo de limpieza y desinfección de una clínica dental. Es decir, el instrumental no desechable con un alto porcentaje de infección será rigurosamente esterilizado. Entran en esta categoría las piezas y aparatos usados en los procedimientos de limpieza bucal y las intervenciones quirúrgicas, desde bisturís, tijeras y pinzas hasta espátulas y espejos.
- Segundo nivel: Desinfección. Los objetos menos expuestos al contacto con microorganismos reciben un proceso de desinfección convencional. El objetivo de este segundo nivel es evitar la contaminación cruzada entre los empleados de la clínica y los usuarios en contacto con este equipamiento durante la consulta. Requieren esta purificación los sillones odontológicos, los aparatos de radiología, las lámparas de luz y los teclados o mandos correspondientes. Es recomendable forrar los equipos con un film transparente, que se cambia y desinfecta tras cada paciente.
Periodicidad y formato del protocolo de limpieza
Evidentemente, el protocolo de limpieza y desinfección no será el mismo ante una cirugía dental que ante una revisión. En caso de varias consultas diarias, el equipo clínico desinfectará objetos como la silla, las espátulas y los espejos entre cliente y cliente. Esta limpieza consiste en un proceso meticuloso preestablecido. Una operación quirúrgica exige una estancia totalmente esterilizada antes y después del proceso. Determinadas piezas del equipamiento se desechan en estos casos una vez usadas, como los terminales de respiración. El final de cada jornada laboral conlleva una limpieza a fondo de todo el consultorio dental desde los suelos y las puertas hasta las mesas y armarios, asegurando la eliminación de patógenos de todas las superficies.